jueves, 29 de octubre de 2009

CUENTOS EN LA HISTORIA


EL RATÓN DEL CAMPO Y LA CIUDAD

Un ratón campesino tenia por amigo a uno de la ciudad, un día lo invitó a que fuese a comer a la campiña. Mas como como solo le podía ofrecerle trigo y yerbajos, el ratón de la ciudad le dijo.
¿sabes amigo, que llevas una vida de hormiga? En cambio yo poseso bienes en abundancia y a tu disposición lo tendrás.

Partieron ambos para la corte. Mostró el ratón ciudadano a su amigo trigo y legumbres , higos, y queso, frutas y miel. Maravillado el ratón campesino, bendecía a su amigo de todo corazón y renegaba de su mala suerte. Dispuestos ya a darse un festín, un hombre abrió de pronto la puerta, espantados por el ruido los dos ratones se lanzaron temerosos a los agujeros. Volvieron luego a buscar higos secos, pero otra persona incursionó en el lugar, y al verla, los dos amigos se precipitaron nuevamente en una rendija para esconderse, entonces el ratón de los campos, olvidándose de su hambre suspiró y dijo al ratón de la ciudad.

Adiós amigo, veo que comes hasta hartarte y que estas muy satisfecho; pero es al precio de mil peligros y constantes temores. Yo en cambio, soy un pobrete y vivo mordisqueando la cebada y el trigo, más sin temores ni congojas a nadie




EL COFRE DE LA OSA

En el medio del bosque vivía una osita llamada Popy, era una osita muy tímida y por ese motivo hablaba poco con los otros animalitos del lugar. Tenía como trofeo muy preciado un cofre, al cuál cuidaba como oro, no dejaba que nadie se acercara, un día llegó su amigo el mono y al ver como ella lo limpiaba con tanto cuidado le preguntó: - ¿Qué hay dentro de ese cofre? - Nada, respondió la osita. - ¿Y entonces porque lo cuidas tanto? - Poporque sí, dijo tartamudeando Popy. - Está bien, respondió el mono y se fue.
Cuando cerró la puerta de la casita de la osita, el mono se puso a pensar qué tendría la osita dentro de ese cofre y porque se había puesto tan nerviosa y juró que iba a averiguarlo. Le contó a la jirafa y junto con ella empezaron a perseguir a la osita, la espiaban por la ventana cuando limpiaba y adoraba el cofre pero no conseguían nada, la osita nunca lo abría, entonces un día la jirafa le dijo al mono:
- Mañana yo la voy a entretener y tú te meterás en la casa y revisarás ese cofre. - Muy bien, dijo el mono.
Y así fue como al otro día la jirafa se llevo a la osita a dar un paseo y mientras tanto el mono se metió en la casa a investigar que tenía ese famoso cofre. Entró muy despacito, llegó al cofre y cuando lo abrió exclamó:
- ¡Oh!, no lo puedo creer.
Cuando estaba con la boca abierta se escuchó...
¡Plum!!! - ¿Qué estas haciendo?, era la osita que había regresado. - ¿Por qué no me dijiste que el cofre tenía tantas golosinas? dijo el mono. - No sé, pensé que se reirían de mí y le dirían a todos los animalitos que soy una golosa y me la paso comiendo caramelos, chupetines, chocolates, etc. - ¡Pero no!, como se te ocurre algo así, le contesto el mono con una sonrisa, nosotros nunca pensaríamos algo así, si comer golosinas le gusta a todo el mundo. - ¿En serio?, preguntó la osita. - Si, querida osita, no te sientas mal, dijo la jirafa.
Y así fue como la osita compartió con sus amigos, el mono y la jirafa, el secreto del cofre con las golosinas.

EL GALLINAZO Y EL ZORRO

El gallinazo y el zorro eran viejos enemigos. Siempre se encontraba al uno murmurando del otro. Una vez, el gallinazo al volar sobre la arena, divisó un zorro; lo cogió por el lomo y se remontó muy alto, para soltarlo desde arriba. El zorro caía dando alaridos. Ya cerca de tierra, su astucia le hizo recordar unas palabras de encantamiento, y se puso a decir:”Piedra, palo, piedra, palo”.De repente cayó pesadamente al suelo. Al tocar el suelo, pronunciaba la palabra”palo” y quedó convertido en un tronco de guarango.

Un campesino al recorrer su chacra, tropezó con él, lo cogió y lo puso para trancar la puerta de su vivienda. Por las noches, el zorro cambiaba su encantamiento e iba por el campo para cazar. Al amanecer volvía a su sitio convertido otra vez en leño. El labrador pronto adivinó el engaño; y una noche cogió el palo y lo echó al fuego que hacía hervir la jora. Al principio, el zorro sintió sólo un calor agradable; pero pronto empezó a quemarse. Al sentir el dolor, rompió el encanto y huyó hacia el arenal. Pero el fuego había comenzado a quemarle, y antes de que se pusiera en salvo, parte del leño se había tostado. Por eso, el zorro del Perú tiene color oscuro en el lomo y en la cola.

(Cuento de la costa limeña por el Dr. Arturo Jiménez Borja)


LA LEYENDA DEL VERDADERO AMIGO

Dice una linda leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron.
El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:
HOY, MI MEJOR AMIGO ME PEGO UNA BOFETADA EN EL ROSTRO.
Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde decidieron bañarse.
El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo.
Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra:
HOY, MI MEJOR AMIGO ME SALVO LA VIDA.
Intrigado, el amigo preguntó:
¿Por qué después que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra?
Sonriendo, el otro amigo respondió:
Cuando un gran amigo nos ofende, debemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado cuando nos pase algo grandioso, debemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo.




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